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Para detectar la improcedencia, es esencial la intervención de un abogado laboralista. El despido improcedente se produce cuando el empleador no justifica adecuadamente la terminación del contrato de trabajo o no sigue el procedimiento legal establecido. Es de suma importancia para el trabajador impugnarlo, para tener la posibilidad de volver al trabajo o recibir una indemnización, si finalmente se califica como improcedente.
Llevamos muchos años en este sector, por lo que nuestra especialización y método de trabajo funcionan. En cada caso, ofrecemos una serie de servicios, que explicamos a cada cliente al inicio de su visita.
En nuestro despacho de abogados te ofrecemos una atención personalizada y profesional en cada paso. Desde la primera consulta gratuita hasta la representación en juicio, estamos aquí para ayudarte a resolver tus problemas en caso de despido.
En nuestra primera consulta, te ofrecemos un análisis exhaustivo de tu caso, revisando la documentación y evaluando la viabilidad de la reclamación. Esta consulta no tiene ningún coste, permitiéndote obtener una orientación clara.
Nuestro equipo de abogados se encargará de negociar en tu nombre con la empresa, buscando alcanzar una solución amistosa y favorable. En caso de que sea necesario acudir a un acto de conciliación, te representaremos de manera profesional y comprometida.
Si las negociaciones extrajudiciales no llegan a un acuerdo satisfactorio o si es necesario defender tus derechos en un proceso judicial, nuestro equipo estará a tu lado. Nos comprometemos a brindarte una defensa sólida ante la empresa.
En caso de que la sentencia determine que el despido es improcedente, el empleador tiene dos opciones: readmitir al trabajador en su puesto anterior o abonarle una indemnización. La readmisión implica volver a incorporar al empleado en su posición original, como si el despido nunca hubiera ocurrido. Por otro lado, el pago de indemnización implica compensar al trabajador por el despido injustificado mediante una suma de dinero.
El despido procedente es aquel que se considera justificado y respaldado por la empresa o empleador. Esto ocurre cuando existen incumplimientos graves por parte del trabajador, que pueden estar en contravención con las normativas laborales, el contrato de trabajo o las políticas internas de la empresa.
Por otro lado, el despido improcedente se produce cuando la empresa no puede demostrar que los requisitos para responsabilizar al trabajador de los hechos están debidamente fundamentados. En otras palabras, no se cumplen las condiciones necesarias para justificar el despido según la legislación o los procedimientos establecidos. En este caso, la improcedencia puede derivar en la readmisión del trabajador en su puesto original o en el pago de una indemnización.
La responsabilidad de pagar la indemnización por despido improcedente recae en el empleador o la empresa que ha llevado a cabo el despido. Cuando un despido es considerado improcedente, la empresa puede optar entre dos acciones: readmitir al trabajador en su puesto anterior o abonar una compensación económica. Si la empresa elige pagar la indemnización, será su responsabilidad cubrir dicho pago al trabajador afectado. La cantidad de la indemnización puede variar dependiendo de varios factores, como la antigüedad del trabajador y el tipo de contrato laboral. En algunos casos, los convenios colectivos o acuerdos individuales también pueden establecer condiciones específicas respecto a la indemnización por despido improcedente.
Sin ningún tipo de compromiso, te aconsejaremos sobre tus mejores opciones.