El síndrome de burnout, también conocido como desgaste profesional, es una condición que resulta del estrés laboral crónico. Este fenómeno se caracteriza principalmente por el agotamiento emocional, donde las personas sienten una fatiga extrema y una falta constante de energía. Además, la despersonalización se manifiesta como actitudes cínicas o distantes hacia el trabajo y las personas relacionadas con él. También se experimenta una reducción de la realización personal, lo que lleva a sentimientos de ineficacia y falta de logro.
En el contexto laboral, el burnout puede ser sumamente incapacitante. Las personas afectadas a menudo ven una disminución significativa en su rendimiento debido a la falta de motivación y concentración. Esta situación no solo afecta la productividad, sino que también puede deteriorar la calidad del trabajo. A nivel de salud mental, el burnout puede desencadenar trastornos como ansiedad y depresión, exacerbando aún más la dificultad para trabajar eficazmente, causando en los peores casos incapacidad permanente.
Somos expertos y te escuchamos sin ningún compromiso.La capacidad para desempeñar un trabajo puede verse profundamente alterada por el síndrome de burnout, con efectos que varían desde limitaciones parciales hasta una incapacidad en grado de gran invalidez. A continuación, se describen los diferentes niveles de incapacidad que pueden surgir a causa de esta condición.
La incapacidad parcial implica una disminución en la capacidad de trabajo del individuo en al menos un 33%. En el contexto del síndrome de burnout, esto se traduce en una reducción significativa de la eficiencia laboral, manifestada por una disminución en la productividad, una mayor tasa de errores y una menor capacidad para concentrarse en las tareas.
La incapacidad permanente total es aquella que impide al individuo continuar desempeñando su empleo habitual. En el caso del síndrome de burnout, esto puede ocurrir cuando el agotamiento emocional y la desesperanza alcanzan un nivel en el que el individuo ya no puede cumplir con las exigencias y responsabilidades del puesto que ocupaba antes del diagnóstico.
Esta categoría se aplica a individuos mayores de 55 años que enfrentan dificultades significativas para encontrar empleo debido a su condición. Para las personas que sufren de burnout en esta etapa de la vida, la incapacidad para mantenerse en el empleo actual puede verse exacerbada por la dificultad para encontrar nuevas oportunidades laborales adecuadas.
La incapacidad permanente absoluta significa que el individuo no puede mantener ninguna ocupación en absoluto. En alguien con burnout, esto ocurre cuando el agotamiento y el estrés han llegado a un nivel tan extremo que el individuo no puede desempeñar ninguna función laboral, independientemente del tipo de trabajo. Es complicado conseguirlo pero no imposible.
La gran invalidez implica que la persona requiere asistencia constante para realizar las actividades diarias y básicas. Por ejemplo, asearse, vestirse o comer.
Para solicitar una incapacidad laboral por síndrome de burnout, se deben seguir los siguientes pasos esenciales:
La Seguridad Social tiene un período máximo de 135 días para emitir una resolución. Si no se recibe ninguna respuesta dentro de este plazo, se considera que la solicitud ha sido negada por silencio administrativo.
Recibida la resolución, el solicitante cuenta con un plazo de 30 días laborables para presentar una reclamación administrativa si no está conforme con la decisión.
Una vez presentada la reclamación previa, la Seguridad Social tiene 45 días hábiles para resolver la misma. Si no contestara en dicho plazo, operaría de nuevo el silencio administrativo negativo, entendiéndose desestimada.
En caso de que esta reclamación sea denegada, el solicitante tiene 30 días hábiles, desde la notificación, para iniciar un procedimiento judicial ante los tribunales.
La evaluación del síndrome de burnout es esencial para determinar su impacto en la capacidad laboral del individuo. Implica un análisis detallado de los síntomas, el historial médico y cómo estos afectan la productividad y el bienestar general. Ahora veremos cómo la evaluación debe ser integral para proporcionar una imagen clara del estado del paciente.
La evaluación funcional se enfoca en cómo el síndrome de burnout afecta las capacidades laborales diarias del individuo. Ha de ser una visión integral: esto incluye analizar la disminución en el rendimiento, la dificultad para mantener la concentración y la reducción en la capacidad para cumplir con las responsabilidades laborales. Este análisis es crucial para determinar el grado de incapacidad.
El tribunal médico revisa exhaustivamente toda la historia médica del trabajador para evaluar el impacto del síndrome de burnout. Examina informes de especialistas, resultados de pruebas psicológicas y la evolución de los síntomas. Su objetivo es proporcionar una valoración precisa de cómo la condición afecta la capacidad laboral y si se justifica una incapacidad. Es importante ir tranquilo a este trámite y responder a todas las preguntas.
La baja laboral por síndrome de burnout se concede cuando la enfermedad incapacita al trabajador para realizar sus tareas profesionales debido a un agotamiento extremo y estrés crónico, es recomendable iniciar un proceso de IT por baja médica para tratar de disminuir así los síntomas derivados del síndrome sufrido.
La baja se basa en la evaluación médica que demuestra que el síndrome afecta significativamente el desempeño y el bienestar del trabajador.
En algunos casos, solamente son necesarios unos pocos días o semanas, pero en otros, se puede alargar más de un año, siendo viable la incapacidad laboral, por no ser posible la reincorporación.
Las recomendaciones son fundamentales para gestionar el síndrome de burnout y facilitar el proceso de solicitud de incapacidad. Estas recomendaciones ofrecen una guía sobre cómo preparar y presentar la documentación necesaria.
Presentar una documentación médica completa es crucial para respaldar la solicitud de incapacidad. Esto incluye informes detallados de médicos especialistas, resultados de pruebas y cualquier otro documento que evidencie cómo el síndrome de burnout afecta la capacidad laboral. Una documentación exhaustiva ayuda a fortalecer el caso y a obtener la baja necesaria.
Contar con el respaldo de un abogado de incapacidades es una decisión acertada para gestionar el proceso de solicitud de invalidez por burnout. Un abogado puede proporcionar orientación experta, ayudar a reunir la documentación adecuada y representar al solicitante en caso de llegar a juicio, aumentando así las posibilidades de éxito.
En esta sección, aportamos ejemplos de los casos de éxito que hemos conseguido en nuestro despacho. Esto sirve para poder fortalecer cada procedimiento de incapacidad, mostrando antecedentes que sirven para defender la invalidez.
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