El trastorno bipolar es una enfermedad mental caracterizada por cambios extremos en el estado de ánimo. Las personas que lo padecen pueden experimentar episodios de manía o hipomanía, donde se sienten extremadamente eufóricos, irritables o sobreestimulados, así como episodios de depresión profunda, en los que se sienten tristes, vacíos o desesperanzados.
Durante los episodios maníacos, una persona puede sentirse extremadamente enérgica y experimentar una disminución en la necesidad de sueño. Esto puede llevar a comportamientos impulsivos, como tomar decisiones arriesgadas o actuar de manera irresponsable.
Esta falta de control y las interacciones conflictivas con compañeros de trabajo pueden afectar seriamente el desempeño laboral. Por otro lado, los episodios depresivos pueden causar fatiga, falta de interés en actividades que solían ser placenteras y dificultad para concentrarse. En los peores casos, puede incluso impedir totalmente trabajar, siendo viable la incapacidad permanente.
Nuestro equipo de abogados especializados en incapacidades le atenderá sin compromiso.El trastorno bipolar puede afectar de manera significativa la capacidad de una persona para mantener un empleo, y los niveles de incapacidad laboral pueden variar ampliamente dependiendo de la severidad y el impacto de la enfermedad en cada individuo.
Esta patología debe manifestar una vez iniciada la vida laboral del trabajador o, en caso de que se manifieste con anterioridad, debe haberse agravado hasta la actualidad.
En casos donde el trastorno bipolar tiene un impacto considerable pero no total en la capacidad laboral, se observa una incapacidad parcial permanente.
Aquí, los síntomas del trastorno afectan significativamente la capacidad de la persona para realizar su trabajo habitual, reduciendo su rendimiento en al menos un 33%. Esta reducción en la eficiencia laboral puede deberse a la dificultad para concentrarse durante los episodios de depresión o a la impulsividad y desorganización durante los episodios maníacos.
Este grado de incapacidad se refleja en ocasiones en trabajos a turnos o trabajos de noche, donde hay una alteración de los ritmos y el sueño y provoca una mayor afectación y trastorno mental a este tipo de trabajadores.
Cuando el trastorno bipolar alcanza un nivel de incapacidad total, se torna evidente que el individuo enfrenta serias dificultades para mantener un empleo en condiciones normales.
En estos casos, aunque la persona puede ser incapaz de cumplir con sus responsabilidades laborales habituales, es posible que aún pueda desempeñar funciones en entornos con menores demandas emocionales o en roles con ajustes específicos que mitiguen el impacto de sus síntomas.
Un ejemplo práctico de este grado de incapacidad lo constituyen profesiones de mediana o alta exigencia mental o con necesidad de interacción con terceros, apremio, gestión de equipos o toma de decisiones.
Este nivel de incapacidad se refiere a aquellos trabajadores mayores de 55 años que experimentan un deterioro severo en su capacidad laboral debido al trastorno bipolar. La combinación de la edad avanzada y los efectos debilitantes del trastorno puede hacer extremadamente difícil encontrar empleo adecuado. Aumenta en un 20% la pensión.
En los casos más graves, el trastorno bipolar puede llevar a una incapacidad absoluta para desempeñar cualquier tipo de trabajo, incluso aquellos que no requieren un esfuerzo físico de cualquier tipo. La intensidad de los síntomas y el impacto en la vida diaria son tan severos que el individuo se ve completamente incapacitado para mantener cualquier empleo.
En estos casos, la sintomatología y la pauta farmacológica son de tal intensidad que hacen que la persona no se encuentra en condiciones físicas ni mentales para asumir mínimas instrucciones u órdenes o seguir una rutina de planificación diaria.
Este grado de incapacidad se aplica a personas cuyo trastorno bipolar limita de manera extrema su capacidad para realizar las actividades básicas de la vida diaria, requiriendo asistencia constante para las necesidades esenciales, como puede ser el autocuidado, la higiene y los trámites necesarios del día a día de cualquier persona adulta.
Para gestionar el reconocimiento de incapacidad permanente por trastorno bipolar, hay que seguir el siguiente proceso:
La Seguridad Social tiene un plazo máximo de 135 días para emitir una resolución sobre las solicitudes de incapacidad permanente. Si no se recibe respuesta dentro de este período, se considera que la solicitud ha sido rechazada por silencio administrativo.
Una vez que se notifique la resolución, el solicitante dispone de 30 días laborables para presentar una reclamación administrativa si no está de acuerdo con la decisión. Si la reclamación es rechazada, el solicitante tiene un plazo de 30 días hábiles, contados desde la notificación de la denegación, para iniciar un proceso legal ante los tribunales correspondientes.
La evaluación del trastorno bipolar es un proceso meticuloso que requiere un análisis profundo por parte de especialistas en psiquiatría de la sanidad pública. Este proceso es necesario para comprender cómo el trastorno bipolar afecta la funcionalidad del paciente y su capacidad para llevar a cabo actividades diarias y profesionales.
La evaluación funcional del trastorno bipolar se enfoca en cómo el trastorno impacta al individuo. Se examinan diferentes aspectos: la estabilidad emocional, la capacidad de concentración y la habilidad para manejar el estrés. La evaluación también examina cómo el trastorno bipolar influye en la capacidad para gestionar múltiples tareas simultáneamente, mantener un nivel constante de rendimiento bajo presión, y colaborar efectivamente en equipo.
Un equipo de especialistas analiza minuciosamente la información médica disponible para determinar cómo el trastorno bipolar afecta la capacidad del individuo para trabajar. La recopilación de informes médicos detallados y bien fundamentados es capital para evidenciar la magnitud del trastorno y su repercusión en el rendimiento laboral y las actividades diarias.
Debido a los síntomas del trastorno bipolar, como los episodios maníacos y depresivos, problemas con la regulación emocional y la gestión del estrés, la capacidad para realizar funciones laborales puede verse gravemente afectada. En función de la intensidad del trastorno, puede ser necesario solicitar una baja laboral que podría durar desde unos pocos meses hasta más de un año, dependiendo del curso del tratamiento y la recuperación del paciente.
El manejo de una incapacidad laboral debido al trastorno bipolar requiere un diagnóstico médico claro y completo proporcionado por un profesional de salud mental. Reunir y presentar informes médicos que demuestren el impacto del trastorno bipolar en la capacidad laboral del paciente es esencial para respaldar la solicitud de incapacidad.
El trastorno bipolar exige un monitoreo constante, por lo que es importante presentar informes médicos que reflejen este seguimiento continuo, junto con los resultados de pruebas y tratamientos. Estos documentos son esenciales para respaldar de manera efectiva la solicitud de incapacidad laboral.
Contar con abogados de incapacidades desde el inicio es de gran utilidad. Estos profesionales no solo asesoran sobre los documentos a presentar, sino que también elaboran alegaciones, y preparan el juicio y la vista oral.
Casos Precedentes Presentamos ejemplos de casos exitosos en los que hemos conseguido el reconocimiento de incapacidad laboral para clientes con trastorno bipolar, demostrando la efectividad de un enfoque bien estructurado y documentado.
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