Presentar una demanda por incapacidad permanente es un paso crucial para aquellos que buscan proteger sus derechos laborales y económicos tras sufrir una limitación que les impide trabajar.
En esta guía, te explicamos en detalle el proceso, los requisitos y las claves para presentar con éxito una demanda de incapacidad.
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La presentación de una demanda por incapacidad permanente es un procedimiento que requiere atención a varios aspectos clave. Para que una demanda a la seguridad social sea válida, debe incluir los siguientes elementos:
A pesar de la importancia de cumplir con estos requisitos, contar con la asesoría de un abogado especializado es altamente recomendable, ya que su experiencia puede influir significativamente en el éxito de la demanda de incapacidad permanente.
Después de recibir la notificación de la resolución correspondiente a la Reclamación Previa, el demandante dispone de un plazo para interponer demanda tras reclamación previa de 30 días hábiles para presentar la demanda ante el juzgado.
Según el artículo 71.6 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS), este plazo inicia desde el momento en que se notifica la denegación de la reclamación previa o desde que se considera rechazada por silencio administrativo.
Presentar una demanda ante el juzgado de lo social contra el INSS implica seguir una serie de pasos fundamentales para asegurar que el proceso sea efectivo.
Estos pasos son clave para garantizar que la demanda se gestione adecuadamente y aumente las posibilidades de éxito en el proceso contra la Seguridad Social.
Tras la admisión de la demanda, el juzgado se encargará de señalar una fecha para la celebración del juicio. Sin embargo, es común que este proceso tarde varios meses, estimándose generalmente en torno a un año desde la aceptación de la demanda.
La duración de los procedimientos judiciales puede verse influenciada por diversos factores, como la carga de trabajo en los juzgados y la disponibilidad del personal.
Es importante tener en cuenta que cuánto tardan en dar fecha para el juicio social también puede variar según la situación particular de cada juzgado.
En cuanto a los costes asociados, es relevante considerar que pueden variar según diferentes circunstancias, siendo recomendable informarse adecuadamente para tener claridad sobre cuánto cuesta un juicio contra la seguridad social.
Cuando se decide interponer una demanda de incapacidad permanente, es fundamental reunir una serie de documentos que respalden la solicitud. Uno de los elementos más importantes son los informes médicos para la demanda de incapacidad, que deben detallar la condición de salud del solicitante y cómo esta afecta su capacidad para trabajar.
Es recomendable incluir un informe médico detallado, elaborado por un profesional cualificado, que certifique la naturaleza y gravedad de la incapacidad. Además, es útil adjuntar cualquier historial médico relevante y documentos que acrediten tratamientos previos.
Un instrumento muy valioso durante el proceso judicial es el profesiograma. Este recurso es esencial para que un tribunal evalúe si una persona puede desempeñar un determinado tipo de trabajo a pesar de tener una afección de salud específica.
En un profesiograma para una demanda de incapacidad permanente, se detallan las funciones y responsabilidades que corresponde cumplir a un empleado en su puesto de trabajo.
Además, este certificado incluye las habilidades y capacidades necesarias para llevar a cabo dichas tareas. Dada su importancia, es crucial que el profesiograma sea lo más completo y detallado posible, ya que esto puede influir significativamente en la decisión del tribunal.
En el marco del proceso que sigue a la admisión de la demanda, el juzgado programará lo antes posible una fecha para la celebración del juicio de incapacidad permanente. Sin embargo, es importante señalar que este acto judicial puede demorar incluso más de un año, desde la admisión de la demanda. Cabe destacar que cada caso es único y su duración variará.
A lo largo de la vista, los abogados de las partes involucradas hablarán por turnos, y presentarán las pruebas pertinentes, por ejemplo la prueba pericial de parte. Además, es posible que el juez solicite el dictamen y las observaciones de un perito forense.
La sentencia en una demanda incapacidad permanente es un momento crucial en el proceso de reclamación, ya que estimará, o no, la petición. Una estimación implica una victoria para el demandante, mientras que una desestimación significa que la resolución favorece a la parte contraria, es decir, el INSS.
En casos donde la Seguridad Social pierde, el juez suele ordenar el abono de los atrasos no percibidos desde la fecha de efectos de la incapacidad. Sin embargo, es importante señalar que el INSS tiene la opción de recurrir esta sentencia.
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A pesar de la posibilidad de recurso, el INSS está obligado a iniciar el pago de la pensión correspondiente al demandante tras la emisión de la sentencia, hasta que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) decida sobre el recurso presentado, por un abogado de incapacidad permanente.
Si el TSJ acepta el recurso del INSS, el demandante no estará obligado a devolver las cantidades cobradas, pero dejará de recibir las mensualidades correspondientes.
Por otro lado, si la sentencia no favorece al trabajador, éste puede interponer un recurso de suplicación ante el TSJ en demanda de esa incapacidad permanente.
Si este recurso también resulta desfavorable, existe la posibilidad de acudir al Tribunal Supremo para presentar un recurso extraordinario de casación.
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