La espondilitis anquilosante es una forma de artritis crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas. Esta enfermedad autoinmune causa inflamación en las vértebras y puede llevar a la fusión ósea en la columna vertebral, resultando en rigidez y dolor severo en la espalda y cuello.
A medida que progresa, la espondilitis anquilosante puede impactar significativamente la calidad de vida y la capacidad funcional de una persona, incluyendo su capacidad para trabajar. En los casos más graves, puede incluso impedir trabajar al afectado, siendo entonces viable la incapacidad permanente.
Somos líderes, y te ofrecemos una visita gratuita.Aquí se detallan los diferentes niveles de incapacidad laboral que pueden afectar a los trabajadores con espondilitis anquilosante, dependiendo de la severidad de su condición.
Esta categoría aplica cuando la espondilitis anquilosante reduce al menos un 33% la capacidad del individuo para desempeñar su trabajo habitual. Pese a esta limitación, aún puede realizar otras funciones.
La espondilitis anquilosante puede impedir que una persona realice las tareas habituales de su empleo. Sin embargo, esta clasificación permite buscar empleo en otras áreas que no requieran las mismas habilidades físicas.
Este nivel de incapacidad, con incremento de un 20% en la pensión, está destinado a trabajadores mayores de 55 años, quienes enfrentan mayores dificultades para encontrar otro empleo debido a los efectos severos de la espondilitis anquilosante en sus capacidades laborales.
En casos graves, la espondilitis anquilosante incapacita por completo a la persona para desempeñar cualquier tipo de empleo, incluso aquellos que demandan un esfuerzo físico liviano.
Este grado de incapacidad es para individuos cuya espondilitis anquilosante las hace completamente dependientes de otros para realizar actividades básicas de la vida diaria, como el aseo personal o comer.
El procedimiento para solicitar la incapacidad permanente requiere seguir varios pasos esenciales antes de que se conceda la invalidez.
La Seguridad Social dispone de un plazo máximo de 135 días para resolver las solicitudes de incapacidad permanente por espondilitis anquilosante. Si transcurrido este tiempo no se emite respuesta, se entenderá que la solicitud ha sido denegada por silencio administrativo.
Tras recibir la resolución del INSS, el solicitante dispone de 30 días hábiles para impugnarla administrativamente. En caso de que esta impugnación sea rechazada, se cuenta con un plazo de 30 días hábiles desde la notificación del rechazo para iniciar acciones legales.
Es necesario realizar una evaluación dirigida por reumatólogos y especialistas en enfermedades como la artritis. Este procedimiento implica examinar minuciosamente las limitaciones funcionales del paciente y entender cómo la espondilitis anquilosante repercute en su habilidad para llevar a cabo tanto actividades cotidianas como laborales.
Se evalúa cómo la debilidad muscular, dolor, rigidez y la pérdida de sensibilidad y movilidad en la parte baja de la oclumna, impactan las habilidades del paciente, tanto en su rutina diaria como en su capacidad laboral. Se consideran aspectos como la capacidad de realizar esfuerzos físicos, permanecer de pie o sentado, la resistencia física para mantenerse activo durante períodos prolongados, la capacidad de permanecer en posturas específicas requeridas por el trabajo, y la habilidad para completar tareas sin experimentar molestias.
Este tribunal, compuesto por especialistas en neurología y otras disciplinas pertinentes, revisa minuciosamente la documentación médica presentada. Debe evaluar cómo la espondilitis anquilosante impacta la capacidad del individuo para trabajar y llevar a cabo sus actividades diarias.
Para conseguir una baja laboral debido a la espondilitis anquilosante, es necesario pasar por una exhaustiva evaluación médica y considerar diversos aspectos por parte de neurólogos y otros especialistas. Es fundamental obtener diagnósticos precisos que describan claramente la condición del paciente y cómo esta afecta su capacidad para desempeñar sus responsabilidades laborales.
La espondilitis anquilosante presenta dificultades en el trabajo. A continuación, ofrecemos recomendaciones clave para facilitar la obtención de la incapacidad:
Contar con un equipo médico especializado en reumatogía garantiza la documentación necesaria de todos los indicios y limitaciones asociadas con la espondilitis anquilosante. Esto es lo más importante para obtener un reconocimiento de la incapacidad.
La asesoría legal especializada juega un papel fundamental en el proceso de solicitud de incapacidad por espondilitis anquilosante. Los abogados de incapacidades ofrecen un análisis detallado de cada caso, evaluando las pruebas médicas y documentación necesaria para respaldar la solicitud.
Examinar sentencias y casos prácticos relacionados con la incapacidad por espondilitis anquilosante ofrece una perspectiva valiosa sobre la aplicación de las leyes y jurisprudencia. Estos casos destacan la importancia de presentar pruebas sólidas y contar con apoyo de expertos profesionales.
Dada nuestra amplia experiencia, contamos con resultados positivos y muestra de ello, en el presente caso, nuestra clienta fue declarada en grado de incapacidad permanente total para su profesión de administrativa al presentar espondilitis anquilosante, reconociendo el Magistrado que la trabajadora no se hallaba capacitada para permanecer en sedestación durante toda la jornada laboral, dada la sobrecarga lumbar que ello le producía.
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