La pregunta de si se puede trabajar con una incapacidad permanente es frecuente entre quienes reciben este tipo de pensión. La respuesta es que, en ciertos casos, es posible trabajar y cobrar una pensión por incapacidad.
Sin embargo, hay condiciones específicas que deben cumplirse para garantizar que el beneficiario no vea afectado su derecho a recibir dicha pensión. En este artículo, exploraremos las distintas situaciones en las que se permite trabajar y cobrar la pensión por incapacidad, así como las implicaciones legales que esto conlleva.
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Es totalmente factible trabajar con una incapacidad permanente parcial mientras se recibe la pensión correspondiente. Esta prestación permite que las personas afectadas desempeñen cualquier tipo de actividad laboral, ya sea por cuenta ajena o como autónomos, sin afectar sus derechos económicos.
Además, aquellos que tienen este reconocimiento pueden continuar ejerciendo la misma profesión que realizaban antes de que se les otorgara la incapacidad. Esto significa que no solo pueden trabajar en un empleo diferente, sino también en el mismo sector, manteniendo su capacidad de generar ingresos.
La incapacidad permanente total permite a los beneficiarios acceder a diversos tipos de empleo, tanto en su empresa actual como en otras, siempre y cuando las nuevas funciones no sean las mismas que causaron la incapacidad. Esto significa que, aunque se pueden buscar nuevas oportunidades laborales, es crucial evitar realizar actividades relacionadas con las causas de la incapacidad.
La Ley General de la Seguridad Social permite trabajar mientras se percibe una pensión de incapacidad permanente absoluta o gran invalidez, siempre que el empleo se adapte a las limitaciones del trabajador. Sin embargo, una reciente sentencia del Tribunal Supremo ha puesto en duda esta compatibilidad, argumentando que va en contra de la lógica del sistema de prestaciones públicas.
La Sentencia 1996/2024 sostiene que las pensiones de gran invalidez no son compatibles con trabajos regulares, lo que podría llevar a la revisión de muchas pensiones. Esta postura podría dejar a numerosos beneficiarios sin ingresos, a pesar de haber sido calificados como afectados por las incapacidades más severas.
En efecto, se puede cobrar incapacidad y trabajar, siempre que la incapacidad permita realizar otros trabajos compatibles. Si tienes una incapacidad permanente total para tu profesión habitual y estás recibiendo una pensión, es posible que también puedas cobrar prestaciones por desempleo si te has quedado sin trabajo.
Es decir, es compatible si la pensión que recibes ya era compatible con el empleo que originó la prestación por desempleo. Para acceder al cobro simultáneo de ambas prestaciones, necesitas cumplir ciertos requisitos, como haber cotizado al menos 360 días por desempleo durante el tiempo que trabajaste con la pensión de invalidez.
En resumen, sí, es posible trabajar y cobrar una pensión de incapacidad, y también es compatible cobrar la prestación por desempleo si cumples las condiciones necesarias.
Es común preguntarse si se puede solicitar una incapacidad permanente estando trabajando, y la respuesta, desde el punto de vista legal, es que no está prohibido. La legislación española no establece explícitamente que para solicitar una incapacidad permanente se deba estar de baja laboral.
Sin embargo, en la práctica, la Seguridad Social suele rechazar estas solicitudes cuando la persona está desempeñando su trabajo de manera habitual. Si una persona está trabajando, la Seguridad Social considerará que el solicitante está en condiciones de desempeñar su empleo.
La única excepción posible es la incapacidad permanente parcial, que se refiere a una disminución del rendimiento del trabajador en al menos un 33% en su profesión habitual, pero que no impide continuar trabajando.
En este caso, sí es posible estar trabajando y recibir la incapacidad, ya que esta modalidad no supone la imposibilidad total de trabajar, sino una merma en la capacidad de rendimiento que puede coexistir con la actividad laboral.
La capacidad de trabajar con una incapacidad permanente demuestra que la inactividad no es el único camino. La incapacidad permanente parcial permite a muchos seguir en el mercado laboral mientras reciben apoyo económico, promoviendo así la inclusión y el valor de las personas con limitaciones en el trabajo.
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No obstante, la reciente sentencia del Tribunal Supremo que cuestiona esta compatibilidad subraya la necesidad de un sistema de prestaciones que se adapte a las realidades laborales actuales.
Buscar asesoría legal de nuestros abogados especialistas en incapacidad permanente es esencial para quienes enfrentan estas situaciones, y fomentar entornos laborales inclusivos beneficiará a todos, enriqueciendo la sociedad en su conjunto.
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